DESDE EL LIMEN DEL LIMBO. Probables historias de No y de Sí
Probables historias de No y de Sí.
La Vida Imposible del Señor NO.
Don Ahora No Importa era un hombre bien parecido; todos se lo decían y él estaba harto de no saber a quién. El Sr. No era un ser positivo e ilustre por parte de madre, y bastante negativo por parte de padre. Don Ahora trabajaba de palabra en casi todos los periódicos del mundo y en varias publicaciones semanales. Sus primos y tíos eran más aficionados a los libros. Gozaba de una amplia reputación, y, precisamente a él, le fue encargada la misión de ser papeleta en el referéndum OTAN. Su máxima habilidad era la ironía, y así se podía leer en varios diplomas que colgaban de su despacho; otros, sus detractores, decían que eso no era ironía sino "bocachica". Él solía practicarla diciendo al final de sus contadas fiestas: no me importa que dilapidéis mi fortuna queridos amigos; comed, bebed... Entonces todos se marchaban maravillados de su diplomacia.
Su vida estaba llena de dificultades: ¿Quiere usted un millón de dólares (solían preguntarle entre burlas) señor...? No, respondía él, Sr. No. Pero para entonces ya era demasiado tarde. Nunca pudo casarse, y varias veces estuvo ante el altar: No (comenzaba el sacerdote) quiere a esta mujer como legítima esposa, en la salud y en (...), a lo que respondía alegre: sí. Todos se disgustaban mucho. Por ello prefería que le llamaran por su nombre (Ahora) y en cierta ocasión le fue imposible comprar en el mercado de futuros. ¿Cuándo quiere materializar la compra de los bonos, don...? Ahora, respondía. Pues entonces vaya a la otra ventanilla, le decían.
Tuvo un accidente y todos le creyeron muerto. Cuando por fin se divulgó la noticia de que había sobrevivido nadie la creyó, pensando más bien que era una errata o un homenaje el repetir su nombre. "EL Sr. NO NO HA MUERTO".
LA METAMORFOSIS, O CÓMO SÍ SE CONVIRTIÓ EN S.
Sí, familia de la tartamuda emperatriz, era una señorita porque nunca llegó a casarse. Era enérgica, a diferencia de su prima Si, siempre indecisa; si pasa esto, o si pasa lo otro...le decía cuando eran pequeñas.
Profesionalmente empezó trabajando como opción en los formularios, pero ante la pasividad de la gente, que no sabía o no contestaba, tuvo que dejarlo. Desgraciadamente, viajando por el antiguo y salvaje oeste fue tomada prisionera por los indios y su preciosa cabellera, dorada como la de todas las SÍ, arrancada sin piedad. "S" no era ya una señorita, sino una simple letra.
La Vida Imposible del Señor NO.
Don Ahora No Importa era un hombre bien parecido; todos se lo decían y él estaba harto de no saber a quién. El Sr. No era un ser positivo e ilustre por parte de madre, y bastante negativo por parte de padre. Don Ahora trabajaba de palabra en casi todos los periódicos del mundo y en varias publicaciones semanales. Sus primos y tíos eran más aficionados a los libros. Gozaba de una amplia reputación, y, precisamente a él, le fue encargada la misión de ser papeleta en el referéndum OTAN. Su máxima habilidad era la ironía, y así se podía leer en varios diplomas que colgaban de su despacho; otros, sus detractores, decían que eso no era ironía sino "bocachica". Él solía practicarla diciendo al final de sus contadas fiestas: no me importa que dilapidéis mi fortuna queridos amigos; comed, bebed... Entonces todos se marchaban maravillados de su diplomacia.
Su vida estaba llena de dificultades: ¿Quiere usted un millón de dólares (solían preguntarle entre burlas) señor...? No, respondía él, Sr. No. Pero para entonces ya era demasiado tarde. Nunca pudo casarse, y varias veces estuvo ante el altar: No (comenzaba el sacerdote) quiere a esta mujer como legítima esposa, en la salud y en (...), a lo que respondía alegre: sí. Todos se disgustaban mucho. Por ello prefería que le llamaran por su nombre (Ahora) y en cierta ocasión le fue imposible comprar en el mercado de futuros. ¿Cuándo quiere materializar la compra de los bonos, don...? Ahora, respondía. Pues entonces vaya a la otra ventanilla, le decían.
Tuvo un accidente y todos le creyeron muerto. Cuando por fin se divulgó la noticia de que había sobrevivido nadie la creyó, pensando más bien que era una errata o un homenaje el repetir su nombre. "EL Sr. NO NO HA MUERTO".
LA METAMORFOSIS, O CÓMO SÍ SE CONVIRTIÓ EN S.
Sí, familia de la tartamuda emperatriz, era una señorita porque nunca llegó a casarse. Era enérgica, a diferencia de su prima Si, siempre indecisa; si pasa esto, o si pasa lo otro...le decía cuando eran pequeñas.
Profesionalmente empezó trabajando como opción en los formularios, pero ante la pasividad de la gente, que no sabía o no contestaba, tuvo que dejarlo. Desgraciadamente, viajando por el antiguo y salvaje oeste fue tomada prisionera por los indios y su preciosa cabellera, dorada como la de todas las SÍ, arrancada sin piedad. "S" no era ya una señorita, sino una simple letra.
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