DESDE EL LIMEN DEL LIMBO. De x a X, ¿una salida profesional?
De x a X, ¿una salida profesional?
Fue D. Iduedondo Sánchez quien, profundizando en el estudio de las letras, consiguió demostrar que, a diferencia de lo hasta entonces creído, éstas no se convierten en mayúsculas a fuerza del crecimiento, sino por concurso-oposición. El tiempo, más bien, indica el estudio, las convierte en gruesas y toscas, a veces borrosas y a menudo "silabeadas", por el efecto "cupido", las menos, o por conveniencias del lenguaje la mayoría.
La obra, que ya está a la venta, se titula -De x a X ¿Una salida profesional?-, y en ella se nos indica que los temarios son distintos para cada letra. Obsérvese, si no, nos comentó el autor en primicia, como hay pocas equis mayúsculas, aunque datos de última hora apuntan que las equis minúsculas podrían sufrir algún tipo de oligofrenia. En apoyo de esto último, reflexiona el Sr. Sánchez, las equis representan a los que no saben firmar, o más aun, la ausencia de conocimiento, o llanamente, la ignorancia (Ej. Sr. X).
El libro incluye, a dos páginas, la genealogía de las susodichas equis: hijas de e, hijas de q, hijas de u, hijas de i, hijas de s, hijas de Adán (salvo prueba en contrario), hijas de Dios (lo que nadie pone en duda). Tanta mezcolanza, indica para terminar, le parece abominable, aunque apesadumbradamente reconoce que son de las pocas que no se definen por sí mismas, ni se "autoutilizan" para pronunciarse.
Fue D. Iduedondo Sánchez quien, profundizando en el estudio de las letras, consiguió demostrar que, a diferencia de lo hasta entonces creído, éstas no se convierten en mayúsculas a fuerza del crecimiento, sino por concurso-oposición. El tiempo, más bien, indica el estudio, las convierte en gruesas y toscas, a veces borrosas y a menudo "silabeadas", por el efecto "cupido", las menos, o por conveniencias del lenguaje la mayoría.
La obra, que ya está a la venta, se titula -De x a X ¿Una salida profesional?-, y en ella se nos indica que los temarios son distintos para cada letra. Obsérvese, si no, nos comentó el autor en primicia, como hay pocas equis mayúsculas, aunque datos de última hora apuntan que las equis minúsculas podrían sufrir algún tipo de oligofrenia. En apoyo de esto último, reflexiona el Sr. Sánchez, las equis representan a los que no saben firmar, o más aun, la ausencia de conocimiento, o llanamente, la ignorancia (Ej. Sr. X).
El libro incluye, a dos páginas, la genealogía de las susodichas equis: hijas de e, hijas de q, hijas de u, hijas de i, hijas de s, hijas de Adán (salvo prueba en contrario), hijas de Dios (lo que nadie pone en duda). Tanta mezcolanza, indica para terminar, le parece abominable, aunque apesadumbradamente reconoce que son de las pocas que no se definen por sí mismas, ni se "autoutilizan" para pronunciarse.
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